Ángel Garza Esquivel, persona trans de 34 años, fue reportado como desaparecido después de acudir a un festival en el Parque Fundidora, en Monterrey. Su familia, especialmente su hermana Rocío, ha solicitado el apoyo de la ciudadanía para ayudar a localizarlo, ya que desde hace días no se sabe nada sobre su paradero. La última pista que se tiene es una historia publicada en redes sociales, donde se le vio en la plaza La Purísima. La situación se vuelve más delicada debido a que Ángel se encuentra bajo tratamiento psiquiátrico por un trastorno límite de la personalidad, por lo que su familia teme por su bienestar físico y emocional. A raíz de esta desaparición, se ha activado una ficha de búsqueda oficial emitida por la Fiscalía de Nuevo León, la cual detalla sus características físicas, señas particulares y vestimenta al momento de su desaparición.
Último avistamiento en La Purísima
El sábado 12 de julio, Ángel Garza salió de su domicilio en el municipio de San Nicolás con la intención de pasar un día en el Parque Fundidora, donde se celebraba un festival. Según lo relatado por su hermana, Rocío Garza, la última evidencia concreta que se tiene de su paradero es una historia de Instagram publicada por él mismo durante la mañana del domingo. En esta imagen aparece sentado en una banca en la plaza La Purísima, ubicada en el primer cuadro de Monterrey. Desde entonces, su teléfono móvil ha estado inactivo y no ha habido ningún contacto con él por parte de familiares o amistades.
Rocío compartió un video en su cuenta de Facebook, donde con voz visiblemente preocupada, solicita el apoyo de quienes lo hayan visto. “Mi hermano estaba sentado por última vez en una banca en la plaza La Purísima… y ya a partir de ahí se perdió el contacto”, comentó. También pidió a la comunidad que, si tienen alguna pista, por pequeña que sea, se comuniquen a los números habilitados para su búsqueda. El llamado ha sido replicado por decenas de personas en redes sociales, mostrando una fuerte preocupación por su seguridad.
La historia de Ángel no solo moviliza a su familia, sino también a diversos colectivos que han hecho eco de su desaparición, subrayando la vulnerabilidad que enfrentan las personas trans en espacios públicos y la falta de protocolos especializados para atender este tipo de casos. Rocío también explicó que Ángel necesita medicación psiquiátrica, lo que agrava la situación, ya que sin su tratamiento, su estado emocional puede deteriorarse rápidamente.
Descripción y señas particulares
La Fiscalía General de Justicia del Estado de Nuevo León emitió una ficha de búsqueda oficial para dar con el paradero de Ángel Garza Esquivel. En dicho reporte se proporciona una descripción detallada de sus características físicas y señas particulares, lo que puede ayudar significativamente a reconocerlo en caso de que alguien lo vea.
Ángel mide aproximadamente 1.74 metros, tiene complexión delgada, tez morena clara, ojos cafés oscuros, y su cabello, de estilo corto y ondulado, está teñido a la mitad de rubio y la otra mitad castaño oscuro. En cuanto a sus señas particulares, destacan varios tatuajes: un corazón con dos ojos negros en la mano derecha; un elefante en la cadera; una abeja en la pierna izquierda vista desde arriba; un ancla azul en el tobillo izquierdo y una polilla tatuada en la nuca.
El día en que desapareció, vestía una camisa azul marino de manga corta con figuras de palmeras, hojas, islas y flores en tonos verde olivo. También llevaba un short azul marino y sandalias negras. La descripción ha sido ampliamente difundida en redes sociales y medios de comunicación locales, con la esperanza de que alguien pueda aportar información útil.
Los teléfonos disponibles para brindar cualquier dato que pueda ayudar a localizar a Ángel Garza Esquivel son 8120 20 44 11 y 81 19 90 38 73. Cada detalle cuenta, y la difusión puede hacer una diferencia clave en este tipo de situaciones donde el tiempo es fundamental.
Preocupación por su salud mental de Ángel Garza Esquivel
Uno de los aspectos más delicados de este caso es el estado de salud mental de Ángel Garza Esquivel. De acuerdo con su hermana, padece trastorno límite de la personalidad, una condición que requiere atención constante y tratamiento médico especializado. Ángel estaba bajo tratamiento psiquiátrico y tomando medicamentos regularmente, por lo que su desaparición representa no solo una preocupación por su integridad física, sino también por el deterioro de su salud emocional.
El trastorno límite de la personalidad se caracteriza por cambios intensos en el estado de ánimo, relaciones inestables, y conductas impulsivas que pueden llevar a situaciones de riesgo si no son atendidas adecuadamente. Rocío ha enfatizado que, en este contexto, cada día que pasa sin noticias de su hermano aumenta el riesgo para su seguridad y estabilidad.
Esta situación resalta la importancia de contar con protocolos específicos para atender casos de desaparición de personas con condiciones psiquiátricas, y aún más cuando se trata de personas trans que enfrentan discriminación estructural. La falta de mecanismos efectivos para actuar de forma rápida y sensible ante estos casos puede dejar a las familias con una carga emocional inmensa y con pocas herramientas de apoyo.
La familia Garza ha recurrido a todos los medios a su alcance: redes sociales, contacto con autoridades, medios de comunicación y apoyo comunitario. Sin embargo, hacen un llamado urgente a que las autoridades redoblen esfuerzos para su localización, ya que consideran que, hasta ahora, no se ha hecho lo suficiente.
Apoyo comunitario para el caso de Ángel Garza Esquivel
Desde que se dio a conocer la desaparición de Ángel Garza Esquivel, diversos grupos sociales y colectivos de derechos humanos han compartido su caso en redes, haciendo énfasis en la necesidad de visibilizar las desapariciones de personas trans. En un contexto como el de México, donde la comunidad LGBT+ enfrenta altos niveles de violencia, este tipo de situaciones no puede tratarse con indiferencia ni con protocolos genéricos.
El caso ha generado solidaridad en distintas plataformas digitales. Personas cercanas y desconocidas han compartido la ficha de búsqueda y han reiterado la importancia de que los medios y autoridades den prioridad a estos casos, reconociendo la vulnerabilidad de quienes pertenecen a grupos históricamente marginados.
La desaparición de Ángel también ha abierto un debate en redes sobre la falta de garantías de seguridad en eventos masivos y espacios públicos como el centro de Monterrey. Aunque la ciudad ha sido promotora de conciertos, festivales y actividades culturales, los ciudadanos reclaman que aún no se garantiza la protección de quienes asisten, especialmente si forman parte de comunidades vulnerables.
La familia de Ángel mantiene la esperanza de encontrarlo con vida y de que la sociedad continúe apoyando su búsqueda. Insisten en que no se trata de un caso aislado, y que hablar de estos temas es crucial para mejorar los mecanismos de respuesta en desapariciones.
